sábado, 23 de enero de 2010

Chico


Ayer, mientras paseaba a las perras, unas marujillas burguesonas me preguntaron si un perrillo abandonado que alguien había dejado atado a una verja cercana era mío. Les dije que no, y les aconsejé que lo llevaran a la perrera, para ver si tenía el chip. Se horrorizaron con aquella posibilidad, ya que allí sacrifican a los animales que nadie reclama.

Hoy por la mañana me encontré al perrillo en el mismo sitio. Las marujas habían considerado más humano el desatar al perro y dejarlo allí. Llovía, hacía frío y no debía haber comido nada como mínimo desde el día anterior ya que se iba tras cualquiera que se le cruzara.

Volví a casa, cogí el coche y un mendrugo de pan, y busqué al perro. Se protegía malamente de la lluvia bajo un arbolillo. Huía de mí, así que desmigué el pan y se lo fui tirando cada vez más cerca mía. Finalmente me dejó cogerle, y junto con mi madre lo llevamos a la perrera de Sadeco. No atendían los sábados a partir de las dos. Tampoco había clínicas veterinarias donde dejarlo, así que nos lo trajimos a casa.

El lunes lo llevaremos de vuelta a la perrera. No creo que Chico (le llamo así) tenga chip alguno. Seguramente fue el regalo de Navidad para algún crío y este se cansó de él, o la familia decidió que después de todo no había sitio para uno más. Si no encuentran a nadie que lo adopte en una semana lo sacrificarán. Si alguien lee esto, y conoce quien quiera un perrillo abandonado, que se ponga en contacto por favor.

P.D.: La foto está tomada justo después de recogerlo, todavía mojado y hambriento. Ahora tiene algo mejor aspecto.

1 comentario:

Alvaro Vazquez de la Torre dijo...

Pues ale, ya lo hemos llevado a la perrera de Sadeco. Me han dicho que durante una semana lo guardarán a la espera de un posible dueño (confirmado, no tiene chip), y al cabo de ese tiempo lo pondrán en adopción.

La historia más probable, me dijeron, es que el perro fue un regalo que su primera familia disfrutó mientras fue chiquitito. Pero cuando creció y fue menos mono decidieron darle puerta.