sábado, 27 de octubre de 2012

Tiempo de crisis

Cuando estuve en España hace unas semanas el asunto de la crisis era recurrente. La estrella de las conversaciones, en realidad. Y en los medios de comunicación era el monotema. Siempre en un tono catastrofista, como corresponde para buscar audiencia.

El caso es que, mirando por las cadenas de televisión, tuve la sensación de que en todas (unas más y otras menos) se transmitían un par de mensajes implícitos:

El primero: Que la culpa de la crisis la tienen unos señores que fuman puros, se ríen diciendo muhahahaha y que viven en unas torres altas y oscuras que hay en las bolsas del mundo.

El segundo: Que fuera de esos señores malignos, nadie tiene culpa de nada. Somos todos unas pobres víctimas inocentes de unas conspiraciones de las altas esferas.

A mí todo esto me parece peligroso, por inexacto.  Por descontado que hay millones de personas en todo el mundo que están sufriendo las consecuencias de las malas decisiones de otros, sin comerlo ni beberlo. Y por descontado que la inestabilidad económica mundial se inició por la avaricia de muchos bancos norteamericanos, a los que se permitió ser banca de inversiones y banca privada al mismo tiempo (creo que esos son los términos correctos, me podría equivocar) y se lanzaron a especular hasta que la burbuja de las sub-prime explotó.  

Pero hay más gente a la que señalar con el dedo. Y tenemos que hacerlo, porque si seguimos con esa mentalidad estamos condenados a repetir los errores. De entrada elegimos todos con nuestros votos a muchos políticos que no estaban capacitados para gestionar ni un monedero, o que estaban implicados en procesos judiciales. ¿Por qué coño se elige a un sinvergüenza para un puesto público, me pregunto yo? Lo de votar a un partido o a otro porque "es el voto útil", "la izquierda quiere romper España" o "que viene la derecha" se tiene que acabar. Quisiera que en las próximas elecciones los votantes se tomaran la molestia de informarse del pasado de sus políticos antes de votarles, y si no tienen currículum suficiente para llevar las riendas de una institución pública se vota a otro. Que hay partidos de sobra. Y no, no vale eso de "si es que todos son unos ladrones, o se convierten al llegar al poder". No se puede ir por la vida resignado, como llevaban a los judíos a los campos de concentración. Hay que pelear, coño, o tener esperanza de poder hacerlo.

Y hay que mentar también la mala cabeza de mucha gente, que se metió en hipotecas, créditos y gastos cuando no tenían con qué respandarlo. O que se creían que la bonanza económica duraría siempre. Me sobran historias de chavales de 17 años que dejaron los estudios para meterse a albañiles y se compraban Audis. Todavía estoy esperando a alguien que me diga que le pusieron una pistola en la cabeza para firmar una hipoteca. Yo pude hacerlo y no quise, porque siempre pensé que las cosas podrían empeorar. Lo mismo no hay que ser un genio para pensar que si ganas X no deberías gastarte X+100. Mira este vídeo. Estos dos tienen más cabeza que toda mi promoción de la facultad, y no fueron ni dos años a la escuela.


En fin, me gusta pensar que vamos a aprender de todo esto. Que no nos vamos a refugiar en el victimismo fácil, apretaremos los dientes y saldremos de esta más sabios.

Porque saldremos de esta, como siempre lo hicimos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Funcionarios que funcionen


Uno de los temas de moda es la duplicidad de servicios en la administración pública. Esto se debe a que el estado central, autonómico y en ocasiones local en ocasiones ofrecen servicios similares.

Sobre el papel pagar dos departamentos con dinero público por hacer más o menos lo mismo huele mal. Y más en las actuales circunstancias, que el país entero está descubriendo a golpe de prima de riesgo que el dinero público no sale de un pozo mágico, sino que lo pagamos entre todos. Pero es aún peor si además esos servicios no funcionan en absoluto.

Sirva de ejemplo lo que me está sucediendo en el registro de la propiedad intelectual en Córdoba: Este es un servicio que no debe entrar en valorar el contenido que se da de alta allí. Son básicamente un certificado de que cierto día a cierta hora tú llevaste un documento allí. En caso de pleito tú pides un duplicado de lo registrado y un informe que explique cuándo se hizo, y ya el juez decide.

Cuando yo vivía en Madrid registraba mis cuentos y formatos en el registro central. Tardabas 1 hora aprox en hacer los trámites y a los 6-8 meses te llegaba el certificado de que había sido inscrito, y a seguir para adelante.

El caso es que esta competencia está ahora en manos de la Junta de Andalucía. Debido a mi lugar de residencia en los últimos años he tratado con la oficina de Córdoba, y los resultados son sustancialmente diferentes: De entrada me han rechazado un registro por estar escrito en inglés. Hasta donde yo sé no deberían ya que el contenido no es de su incumbencia. Pero podría equivocarme, lo mismo existe alguna cláusula en ese sentido que desconozco. Sin embargo en Madrid no les importaba el lenguaje usado, y ya puestos ¿por qué no me dijo nada el funcionario de la oficina de Córdoba cuando lo registré?

Y lo segundo: Llevo 2 años esperando que me den contestación a los registros hechos (bueno, el que estaba en inglés si recibió contestación, negativa en su caso). Sencillamente esa oficina no funciona. Hemos llamado, hemos ido, hemos solicitado, hemos insistido constantemente tanto allí como en la oficina de Sevilla pero ambos se culpan mutuamente de los retrasos, y tengo la novela sin registrar. Cada vez que hablamos con el funcionario en Córdoba se tira 10 minutos contándote historias de lo malvados que son en Sevilla, que si el silencio administrativo lo soluciona todo y te vuelves a casa igual que estabas.

Aprovechando que estoy aquí, el otro día fui de nuevo y esta vez el tipo tiene la desvergüenza de decirme que no sabe nada de haber hablado con nadie, y que si no hemos presentado un escrito que para él es como si no existiéramos. Me mordí la lengua y presenté el puñetero escrito, así como una queja en el libro de reclamaciones. No sé si dará resultado, pero desde luego en este debate de duplicidad de servicios yo ya tengo decidido que me quedo con uno que funcione a muchos que solo sirven para dar cobijo a inútiles.

viernes, 5 de octubre de 2012

Trayendo divisas

El proyecto en que trabajo se va a poner correoso en los próximos meses, así que nos han animado a cogernos las vacaciones cuanto antes porque dentro de poco vamos a tener que acelerar el ritmo. Así que me he venido a España un par de semanas a pasar el cumpleaños con la familia.

De entrada me he pasado tres días en Madriz, visitando a los amigos y algún ex-compañero. Y he aguantado todas las compras que he podido para dejarme el dinero aquí, ya que en Alemania todo está más caro y además qué leche, mejor dejar la pasta en el comercio español, que falta hace.

Mi primera visita fue a Akira comics. Castillo dice que ya habíamos estado allí, pero la verdad no lo recuerdo. El caso es que fue elegida recientemente la mejor tienda de comics del mundo (ver noticia) y tenía curiosidad. No es ni la más grande ni la más surtida que he conocido, pero según parece tiene un servicio online muy efectivo y tiene (algo que no había visto en ninguna otra) un pequeño bar para que la chavalada se relaje mientras se lanzan orcos los unos a los otros.

El caso es que me dejé casi 200 euros en cómics y libros. Ninguno que tuviera una auténtica necesidad, pero sí que no me importa tenerlos. Por el momento me he leído Kick-ass, From Hell y el primer volumen de Super-Serdo. Seguiremos informando.