miércoles, 27 de enero de 2010
De hospitales
Solo unas líneas rápidas, ya que me voy al hospital de nuevo. Hace unas semanas detectaron un tumor a mi padre en la vejiga, y ayer se lo extirparon con éxito. Hoy sigue allí ingresado y se supone que le darán el alta a lo largo del día, pero todo va bien.
lunes, 25 de enero de 2010
Los telediarios matan mas gente que los Tonton Macut
Gabri me mandó un link a esta crónica publicada en El Mundo versión digital. Durante meses vivimos en la histeria que los medios de comunicación provocaron sobre la gripe A, pero lo achaqué al gusto por el sensacionalismo que el periodismo actual considera necesario para obtener buenos índices de audiencia, pero no fui más allá.
Pero parece que hay más. Y eso me lleva a una reflexión que llevo haciendo desde hace años: Los medios de información, incluso los más veteranos o prestigiosos, han dado un vuelco hacia el entretenimiento por encima de la información rigurosa (un buen ejemplo es cómo la sección de fútbol-show de 'Los Manolos' ha canibalizado el informativo del mediodía de Cuatro), y además han relajado las medidas de control de la información, sospecho que debido a los recortes presupuestarios para hacer los informativos más baratos y rentables.
La consecuencia es que, sencillamente, no te puedes creer nada de lo que veas publicado en ningún medio de comunicación. No solo puede contener incorrecciones, puede ser directamente mentira o peor, una mentira interesada para que alguien se haga rico a tu costa.
¿En qué puedes creer, entonces? Yo creo en El Mundo Today. Al menos ellos admiten que es todo mentira.
sábado, 23 de enero de 2010
Chico
Ayer, mientras paseaba a las perras, unas marujillas burguesonas me preguntaron si un perrillo abandonado que alguien había dejado atado a una verja cercana era mío. Les dije que no, y les aconsejé que lo llevaran a la perrera, para ver si tenía el chip. Se horrorizaron con aquella posibilidad, ya que allí sacrifican a los animales que nadie reclama.
Hoy por la mañana me encontré al perrillo en el mismo sitio. Las marujas habían considerado más humano el desatar al perro y dejarlo allí. Llovía, hacía frío y no debía haber comido nada como mínimo desde el día anterior ya que se iba tras cualquiera que se le cruzara.
Volví a casa, cogí el coche y un mendrugo de pan, y busqué al perro. Se protegía malamente de la lluvia bajo un arbolillo. Huía de mí, así que desmigué el pan y se lo fui tirando cada vez más cerca mía. Finalmente me dejó cogerle, y junto con mi madre lo llevamos a la perrera de Sadeco. No atendían los sábados a partir de las dos. Tampoco había clínicas veterinarias donde dejarlo, así que nos lo trajimos a casa.
El lunes lo llevaremos de vuelta a la perrera. No creo que Chico (le llamo así) tenga chip alguno. Seguramente fue el regalo de Navidad para algún crío y este se cansó de él, o la familia decidió que después de todo no había sitio para uno más. Si no encuentran a nadie que lo adopte en una semana lo sacrificarán. Si alguien lee esto, y conoce quien quiera un perrillo abandonado, que se ponga en contacto por favor.
P.D.: La foto está tomada justo después de recogerlo, todavía mojado y hambriento. Ahora tiene algo mejor aspecto.
martes, 12 de enero de 2010
Mundo Cómic
Este fin de semana me acerqué a Madrid para la cena de navidad (¿?) con los amigos de allí. Aproveché para darme una vuelta por la calle Luna y hacer el recorrido de las tiendas de cómic. Esta fue la lista de la compra: El pequeño Spirou 8, Iznogud 1 y 2, Las aventuras de el gato de Fat Freddy, Krazy Ignatz 1929-30, Pendones del Humor 54 (Ortega y Pacheco) y Patomas 10.
No mucha gente es consciente de ello, pero hay todo un submundo asociado al cómic. Es, creo, por derecho propio un arte por sí mismo, y con bastante más calado social que artes tradicionales como la escultura o la pintura. Muchos adolescentes han crecido con la tienda de cómic como lugar de encuentro, y conforme se hacen mayores se convierte en una referencia (ver filmografía de Kevin Smith).
Por lo que a mí respecta siempre fui más de la escuela europea que de la norteamericana. A mí me iba Asterix, Tintín, Mortadelo y Filemón y otros así. Nunca me llamaron la atención los superhéroes por su pobre dibujo, sus historias repetitivas y su falta de realismo. Cá uno es cá uno, como dice mi padre.
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