martes, 17 de noviembre de 2009

Ahora un par de posados-robados, y a vivir


De toda la vida me he sentido mal con mis dientes. Cuando era niño tuve problemas de oído y me atiborraron de aquel antibiótico llamado Tetraciclina antes de descubrir que ennegrecía los dientes. Aparte de eso al sonreír enseñaba mucha encía. No era un caso extremo en ninguno de esos dos apartados, pero nunca sonreí a gusto. O me tapaba la boca o forzaba los labios para cubrir los dientes.

El caso es que le he puesto solución. Hace un par de semanas me hice una gingivectomía, que consiste en que te abren la encía, te liman el hueso (en mi caso milímetro y medio) y te lo vuelven a coser. Un cambio sutil, pero ahora enseño mucha menos encía. Y antesdeayer me pusieron unas carillas, de un color uniformemente blanco (aunque no blanco ‘Hollywood’) de modo que tengo una bonita sonrisa. Quizá incluso demasiado bonita, parezco una celebrity desas. Tendré que irme acostumbrando.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Lok'tar Ogar


No sé si lo saben, pero juego regularmente al World of Warcraft. Es un juego online de los llamados masivos. Esto es, simulan un mundo épico de grandes dimensiones. No me llamó mucho la atención cuando salió al mercado, pero la insistencia de unos compañeros de trabajo de Pyro a los que no citaré (bueno vale, fueron Misery y Ventura) me hicieron re-engancharme.

Desde entonces he ido pasando del perfil de jugador casual a uno más hardcore. Hace tres años me apunté a una guild (hermandad de jugadores) para hacer contenido high end. Esto es, el más difícil del juego. Tras múltiples problemas internos, aquella guild desapareció. Me metí en otra, llamada Spectral Korps donde he estado casi dos años. He hecho bastantes amigos allí.

Recientemente, y ante las carencias de esta guild, he decidido irme de ella, y enrolarme en las filas de otra, donde tengo algunos antiguos conocidos de mi primera guild. Supongo que a muchos les parecerá sencillamente un rollo friki, pero sería semejante a mudarte a otra ciudad y dejar a todos tus amigos atrás. Solo que en lugar de amigos, dejas elfos y orcos y vacas antropomorfas.

martes, 3 de noviembre de 2009

Segundo Borrador, Ready to go


Bien, pues ya está hecho. Anoche terminé el segundo borrador, y ya he mandado que impriman unas copias cutres para enviarlas a los ‘elegidos’. Considero que, a falta de retoques, la novela está escrita.

La poda ha sido masiva. De las 322 he pasado a 209. Algunos de los cortes han mejorado la trama, y otros solamente la han hecho… diferente. De ser un libro más semejante a Los hombres que no amaban a las mujeres (esto es, que se explica todo con detalle) ha pasado a algo más cercano a la narrativa de una película de acción, donde constantemente están pasando cosas y no hay tiempo de explicarlas. No queda mal, en cualquier caso.

Creo que el resultado final es lo que pretendía en un principio: Una novelita de aventuras fácil de leer y sin mayores pretensiones.

domingo, 25 de octubre de 2009

Primer Borrador


He terminado hoy el primer borrador de la novela. En total 322 páginas de Word. Por un lado estoy contento por haber terminado la parte más dura. Los últimos 4 meses han sido en los que realmente se ha completado la parte del león. Por otra parte nací siendo un insatisfecho crónico, y me preocupan las carencias de esta primera versión.

Yo pensaba erróneamente que cada página de Word se convertían en 1’5 páginas en el formato libro, pero me han confirmado recientemente que en realidad son 2. Esto cambia las cosas. De mi intención inicial de hacer un borrador de 300 páginas (lo cual serían 450 de novela) a la cifra cercana a 700 páginas en la que me encuentro ahora hay un trecho.

Es por eso que no voy a mandar la novela todavía a los ‘elegidos’, y voy a hacer un segundo borrador, en el que voy a intentar acercame a las 200 páginas en Word. Es fundamentalmente trabajo de tijera, no debería llevarme más de una semana. A ver qué pasa.

martes, 13 de octubre de 2009

36


Hoy cumplo 36 añazos. No, no llevo bien yo esto de cumplir años. Sin deprimirme ni recitar poesías góticas por los rincones, pero de algún modo me recuerda que tanto yo como mis seres queridos nos vamos a morir algún día. Y eso no me hace gracia, para qué vamos a engañarnos.

Pero soy pragmático. Aparte de poner nuestras ilusiones en que una raza de extraterrestres superavanzados vengan a compartir el secreto de la eterna juventud con nosotros (en lugar de invadirnos como suele suceder en las películas), no se puede hacer gran cosa para remediarlo. Así que ajo y agua. O como dice Woody Allen: “No es que tenga miedo de morirme. Es que no quiero estar allí cuando suceda”.