martes, 17 de noviembre de 2009

Ahora un par de posados-robados, y a vivir


De toda la vida me he sentido mal con mis dientes. Cuando era niño tuve problemas de oído y me atiborraron de aquel antibiótico llamado Tetraciclina antes de descubrir que ennegrecía los dientes. Aparte de eso al sonreír enseñaba mucha encía. No era un caso extremo en ninguno de esos dos apartados, pero nunca sonreí a gusto. O me tapaba la boca o forzaba los labios para cubrir los dientes.

El caso es que le he puesto solución. Hace un par de semanas me hice una gingivectomía, que consiste en que te abren la encía, te liman el hueso (en mi caso milímetro y medio) y te lo vuelven a coser. Un cambio sutil, pero ahora enseño mucha menos encía. Y antesdeayer me pusieron unas carillas, de un color uniformemente blanco (aunque no blanco ‘Hollywood’) de modo que tengo una bonita sonrisa. Quizá incluso demasiado bonita, parezco una celebrity desas. Tendré que irme acostumbrando.

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