viernes, 20 de febrero de 2009

Merceditas


Nunca llegué a hablar con mi prima Mercedes. Ella nació con un raro síndrome que la postró toda su vida en una silla de ruedas, y nunca tuvo consciencia. Sé que le gustaba que le dieran paseos, tomar el solecillo, y dice su hermano que le gustaba Julio Iglesias. Merceditas murió la semana pasada, a los 27 años.

Pese a que ella nunca cruzó una palabra con nadie en su vida, siempre tuve la extraña sensación de que me comunicaba algo. Ahora sé lo que era. Ella sacaba el lado amable de la gente. Todos éramos algo mejor en su presencia. Ahora que no está, supongo que el mundo es algo menos bueno. Descanse en paz.

3 comentarios:

Sin identidad dijo...

Si, a veces te resistes a tener sentimientos pot la gente para que no te duelan y finalmente lo que más te duele es su ausencia. Besos y abrazos de esa otra familia que uno se va construyendo segun camina.

Anónimo dijo...

Gracias por este post, Álvaro. Es lo único que puedo decir.

José

Anónimo dijo...

A mí estas situaciones me hacen darme cuenta de la suerte que tenemos y lo poco que la apreciamos.
Un beso grande,

Nekane.