sábado, 24 de septiembre de 2011

Un año sin WoW


Echando cuentas, ahora en setiembre se cumple un año que dejé el WoW. Si no conoces el género se trata de un videojuego de los llamados MMORPG. Esto es, un juego online de rol en un mundo persistente (está disponible a cualquier hora del día) donde te encuentras con miles de otros usuarios.

Invertí casi 3 años en el juego, buena parte de ese tiempo a nivel pro o semi-pro. El WoW es tremendamente absorbente, y termina por condicionar tu vida entera. Pero no me arrepiento en absoluto. No solo me entretuvo más horas que ningún otro juego, sino que me permitió vivir momentos mágicos y algunos realmente épicos que puntúan alto en mi ránking de experiencia como jugador. De hecho me ayudó tremendamente en momentos difíciles, como cuando lo estaba pasando fatal en la época de Grin y necesitaba algo para quitarme de la cabeza las mierdas del trabajo.

Estoy contento de haber dejado el juego. En este tiempo he podido dedicarme a más actividades, las cuales no creo que hubiera podido hacer si hubiera seguido enganchado al WoW. Pero... ¿volvería? Desde luego. Lo dejé más por falta de desafíos que por agotamiento. Ya había experimentado casi todo el contenido del juego (incluso varias veces) y la inminente expansión carecía de novedades suficientes. Además estoy pendiente de la inminente salida del nuevo MMORPG de Star Wars.

Pero si el WoW añadiera mecánicas nuevas y el KOTOR online sale tan rana como me temo... Trifus, el chamán errante, probablemente volvería a la lucha en Azeroth.

No hay comentarios: