miércoles, 11 de julio de 2007

Campions!


La liga, al final, se decidió en el último partido. Ese fin de semana me tocó pasarlo en Barcelona, así que decidí buscar un sitio donde no me cascaran las encías si celebraba un gol del Madrí. Busqué en internet peñas madridistas pero estas parecían estar todas en el cinturón, no en Barcelona ciudad. Me la jugué en el bar más cercano, cuyo dueño me confirmó que iba a sintonizar el partido del Madrí.

Nada más empezar el partido, el Madrí se aplicó a la táctica que ha seguido toda esta temporada: dedicarse a marear la pelota a la espera de que algo bueno suceda. Recuerdo que pensé que lo mejor que nos podía pasar era que el Mallorca nos colara un gol, ya que el juego del Madrí se ha basado casi exclusivamente en remontar resultados. Y efectivamente nos colaron el gol. Los testículos se me incrustaron bajo la lengua. Pese a todo, ahí ya noté que no me iba a sentir extraño en aquel garito. Nadie celebró el gol en contra, ni tampoco los que iba colando el Barça en Tarragona.

Un paisano detrás mía comentó: 'no os preocupéis, que esta película la he visto y sé cómo acaba'. Efectivamente, el Madrí recurrió al único recurso que le ha funcionado esta temporada: recurrir a la épica a base de testiculina. Finalmente se remontó el resultado para acabar con un 3-1 que nos daba la liga. El bar entero estalló de alegría. De hecho estallaron hasta petardos. Quién diría que tal explosión de alegría madridista se iba a dar en medio del territorio comanche.

Nunca celebré una liga en la Cibeles. Solo copas de Europa. Me hubiera gustado estar allí, pero el trabajo manda. Tampoco ha sido una temporada agradable, en cualquier caso. Veremos a ver qué tal se da la siguiente, viviendo en territorio enemigo...

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