domingo, 9 de marzo de 2008

VHS, meu amic


Cuando hice la mudanza de Madrid a Barcelona me di cuenta de la cantidad de trastos que el ser humano puede almacenar. Apenas me paré a considerar qué necesitaba y qué no. Lo metí todo en cajas y me lo llevé. Aparte de los problemas logísticos que tuve (ver entradas anteriores) una vez instalado me di cuenta de que no necesitaba ni la mitad. Me hice el propósito de que mi vida debería consistir en un disco duro y un par de camisas.

Sin embargo no quiero tirar mis pertenencias. Por alguna razón tiendo a encariñarme de ciertos objetos. Prefiero almacenarlas o dejar que otros las usen. Decidí mover todo lo que no me servía a casa de mis padres. Sin embargo el armario de mi habitación en casa de mis padres estaba prácticamente lleno, casi todo de cintas VHS.

Y eso me ha servido para entrar en un momento 'abuelo cebolleta': ¿Por qué acumulé yo cientos de cintas? Todo arranca a principios de los 80. En aquella época había dos canales de televisión y el vídeo doméstico acababa de llegar. No ponían muchas películas en la tele, y era raro que fuera una de tus favoritas. Algunas (sobre todo las de cine clásico) las emitían una vez cada 5-6 años. Para los amantes del cine era un acontecimiento, y por tanto una extraña oportunidad, el poder grabarlas. Podía ser la última vez que la emitieran. La llegada de las privadas no mejoró demasiado la situación, ya que ignoraron cualquier película que no protagonizaran Van Damme, Willis y gente de ese pelaje.

Y no solo películas. Videoclips, documentales, spots, retransmisiones deportivas... todo lo que se emitía en televisión en aquella época era susceptible de no dejar rastro. Tu VHS podía ser la única oportunidad de fijar aquel programa favorito de modo que pudieras disfrutar de él más tarde. En realidad raramente lo hacías, pero ey, podía suceder.

Esto pensaba mientras tiraba todas mis antiguas cintas de series como Cheers o Frasier a la basura, para hacer sitio a otros trastos. ¿Qué ha cambiado? Ahora todo está en DVD o mejor, en internet. Tengo o tendré en breve todas las temporadas de esas series en DVD, y en internet puedo encontrar aquellos videoclips antiguos, partidos de fútbol e incluso documentales. Bueno, algunos me está costando encontrarlos, pero tampoco voy a desprenderme de todas mis cintas VHS. Por ejemplo, las que grabé con la cámara casera tienen material de familia y amigos del que no me quiero desprender (Sí, Guti, aquellas declaraciones políticas tuyas están a buen recaudo. Tú sigue medrando en la Junta :D).

Es otro de mis proyectos a largo plazo, digitalizar todo ese material. Algún día.

2 comentarios:

Ev dijo...

Si vieras el museo de cosas que en mis 26 años he almacenado y me cuesta tirar o regalar,te caerias del espanto!
Las tengo almacenadas por todos lados de mi ciudad.
Mi deseo es tener una casa muy amplia para guardar todas mis reliquias,cosas que traen al recuerdo momentos marcados de mi vida. Pero mi consigna de este año es hacer una purga absoluta de todo y solo quedarme con cosas que realmente valgan la pena.
Tengo una coleccion de la serie Starsky y Hutch que esta en cinta vhs,la cual herede de un gran amigo ( esta serie me encanta y aun la retrasmiten en un canal de cable)
Te leo.

Alvaro Vazquez de la Torre dijo...

Pues no sé en Lima, pero aquí en España esa idea de tener una casa-almacén la compartimos muchos, pero viendo como está el tema inmobiliario (y nuestros sueldos) sospecho que habrá que esperar a que empiecen a edificar en la Luna. No suena mal, en cualquier caso: 'Viviendas Mar de la Tranquilidad' :).